Todas las mamás con las que trabajo el body painting para embarazadas saben cual es mi lema: que cada bariguita sea única y cada dibujo sea 100% personalizado a cada familia y cada historia.
En este caso no fue del todo así: la mamá había visto el belly painting de Irene y tuvo un flechazo tan grande que no pude quitarle la ilusión de hacerse ese dibujo, aunque con alguna mini modificación para que no fuera del todo exacto.
Pese a ser un dibujo casi idéntico, como podéis ver, la sesión de fotos fue única y mágica, un fabuloso recuerdo del embarazo de estos papás absolutamente encantadores.