Los titos postizos de Carla querían hacerle un regalo muy chulo para su segundo cumpleaños. Sabían que a la niña – casi como a todos los niños de su edad-le encanta Pocoyó, así que encargaron a La que pinta un cuadro de Pocoyó personalizado con el nombre de la niña.
Tuvo tanto éxito que incluso se oyeron llantos de sus amiguitos al ver que Carla se lo llevaba a su casa y ellos se quedaban sin él…
