A Meri le apetecía mucho tener una copia del cuadro “El árbol de la vida” de Gustav Klimt y a mi me apetecía mucho ponerme en los pinceles de un gran artista de esa altura, así que pintar este cuadro fue una experiencia maravillosa.
Introduje alguna pequeña modificación respecto de la pieza original utilizando pasta de relieve y el resultado fue muy bueno.
