Una vez escuché que los mejores regalos no son cosas, son experiencias, pero a veces, pueden ser las dos cosas.
Alexandra decidió regalarle a su pareja un mural pintado en la pared de su habitación retratándoles a los dos dándose una caricia.
Además de ser una idea genial y un detallazo fantástico, es también una opción de decoración que cada día gana más adeptos:
¿por qué?
Porque la decoración del hogar ha evolucionado mucho a formas más sofisticadas y arriesgadas y opciones de decoración personalizadas a cada hogar.
Los murales pintados a mano son ideales porque huyen de lo estandarizado y proponen diseños únicos y personalizados.
Si además decides que el mejor pretexto para encargar el tuyo es hacer un regalo a tu pareja, además de un elemento decorativo muy chulo se convierte en un momentazo que recordar de por vida.



















